|
Fray Angélico es el más significativo catequista que empleó la pintura como lenguaje persuasivo y emocionante. Su nombre era Juan. Comenzó su vida de dominico en el Convento de Fiésole, en donde tomó el hábito y se ordenó sacerdote en 1423. Se impregna del estilo expresivo del primer renacimiento italiano. Y mejora sus técnicas cuando en 1409 toda la comunidad dominica es desterrada a Foligna y Fray Angélico estudia la pintura del Gioto en Asís, mezclando la mística franciscana con la narrativa dominica.
Enviado a S. Marcos de Florencia, en el convento donado por Cosme de Médicis, dejó grabados sus mejores frescos.
El mensaje religioso de las casi cien obras que de él se conservan es singular: vivo, claro, piadoso, sugestivo. Su fama adquiere resonancia y fama, tanto por su arte diverso (frescos, tablas al temple, lienzos) como por la unción y piedad que se refleja en ellas. El Papa Eugenio IV le reclama a Roma en el año 1445 para decorar una capilla vaticana. El sucesor Nicolás V le encarga la ornamentación de otra capilla, la de santos mártires Esteban y Lorenzo.
Después de breve estancia en Fiésole, donde fue elegido prior por tres años, regresó a Roma y falleció al poco de su llegada.
Pocos artistas han logrado instruir, educar, promover los sentimientos y el amor a Dios como este genial dominico, de vida humilde, sencilla y caritativa y que hizo del color reclamo de fe, de las figuras narración evangélica, del movimiento invitación a la virtud y de la creatividad de sus composiciones una forma sugestiva de comunicar amor, paz, fe y esperanza a todos los que las contemplaban.
Cada una de sus obras que, según su biógrafo Giorgo Vasaro en 1553, estaba regada con plegarias y lágrimas de piedad y devoción, era una expresión de fe y una instrucción evangélica. Así se adivina cada vez que dibuja un misterio de Cristo y de su Madre, los dos temas preferidos de sus pinceles.
Entre sus tablas y frescos más significativo se deben recordar "La Coronación de la Virgen", en 1434, y las Tablas de "la Anunciación", tema que repitió siete veces (al menos de las que se conservan). Es tema más repetido en el artista: cada vez original en los detalles pero similar en la forma compositiva.
El tema del nacimiento de Jesús se repite con insistencia y es difícil decir qué es más digno de admirar en sus "nacimientos": si la ingenuidad de las escenas, la bondad de las actitudes o la fidelidad con la que reproduce los relatos evangélicos.
Los frescos de San Marcos tal vez sean su obra más personal: "Noli me tangere", "Madona con santos", otra "Anunciación" y la "Transfiguración". Todos ellos armonizan la belleza del color, el movimiento que da vida, el sentido perfecto de la perspectiva y la serenidad de las escenas, expresión de su fe profunda. En los frescos sobre la "Vida de S. Lorenzo y de S. Esteban" hechos para la capilla del Nicolás V, sabe resaltar el sentido modélico de esos santos y mueve a quien los contempla a la imitación de sus virtudes y de sus valores. Su biográfico narra que "los ojos se le llenaban de lágrimas cada vez que pintaba el rostro del crucificado”.
Fue beatificado por Juan Pablo II en 1983, como respuesta a la petición de la Orden Dominica y de muchos prelados. Un breve pontificio del 23 de Junio de 1983 le concedió el culto litúrgico y legitimó el titulo de Beato que se le daba desde el siglo XVI, al paso que le proclamaba Patrono de los artistas cristianos.
Lenguaje del arte como catequesis
La admirable pintura de Fray Angélico debe ser una invitación a mirar con simpatía e interés el arte como medio de comunicación religiosa y a usarlo con preferencia a otros lenguajes. Hay muchas razones para ellos:
* Las imágenes piadosas entran por los sentidos y quedan en la memoria con más facilidad que las palabras.
* Son fáciles de entender y de retener. No precisan muchas explicaciones, pero se prestan a comentarios que quedan fácilmente prendidos en el recuerdo.
* Las obras modélicas de arte permanecen como apoyos a los sentimientos, si se han recibido con familiaridad en los primeros años. Son preferibles a otras decoraciones fugaces y ocasionales.
* La creatividad del lenguaje artístico suscita la curiosidad, la admiración, la emoción estética y el interés
* El arte es el lenguaje más internacional (validez geográfica) y más duradero (validez histórica). Está más allá, por supuesto, de las modas, de los intereses y de las posibles manipulaciones.
.
|
|
|